martes, 30 de septiembre de 2008

Andy y Lucas firman en el Carrefour

De tanto en tanto, entre toda la loca superestructura formada por discográficas, asesores de ventas o de imagen, entre todo el ansioso descontrol que engulle el mundo de la música hoy, de pronto surge una idea que es como un destello de orden en medio de un caos de despropósitos: Andy y Lucas firman sus cds por los Carrefours de España. Sombrerazo. Una maravilla, una perfecta comprensión de unas necesidades concretas, de un qué, un quién y un dónde. Un hecho que desmiente aquel viejo dicho de que "nadie es profeta en su polígono", gracias a quien se haya preocupado de demostrar una no mayoritaria, pero sí acusada, tendencia de las cestas de la compra a pasar por caja con una lata de sardinas en escabeche, un chorizo de cantimpalo y unas chancletas verdes fosfi marca "Rito" rematadas por un cd de Andy y Lucas.

Pasado mañana estarán en el Carrefour que no queda muy lejos de aquí, y me han dado ganas de ir a husmear, pero necesitaría una cámara de video. ¿Alguien se anima? Nos haríamos pasar por sociólogos que están haciendo un simposium y los fans de Andy y Lucas lo comprenderían perfectamente y atenderían nuestras preguntas. No me gusta parecer exagerado, pero la ocasión es inmejorable para grabar unos testimonios de un tiempo y un lugar y un way of life que queden archivados para la posteridad, sin necesidad ni de tocar la grabación en bruto. Como un catálogo animado de zombis, pero no como los de las películas: lo mejor de todo es que estos fans de Andy y Lucas pensarán que son el paradigma de la normalidad. Joder, como si fuéramos Luis Buñuel paseando por Las Hurdes. Esa cola de consumidores ansiosos por que les estampen un par de firmas los buenos muchachos cantarines, ¿a qué olerá? ¿A niñas carne de cañón para futuras violencias machistas? ¿Al próximo patán que se matará en las fiestas de su pueblo corriendo delante de la vaquilla? ¿A padres jóvenes por no ponerse el condón a tiempo y que ahora se creen que un disco firmado por Andy y Lucas compensará las hostias que le meten a sus pobres niñas cuando proyectan sobre ellas la frustración de sus propias vidas? ¿Apestará a litros de imitaciones de perfumes caros usados al estilo de las yenis? ¿A pies y sobacos?

Andy y Lucas, los chavales normales para la gente normal, la que también sale en los índices de audiencia de GH, OT, Diario de Patricia y Gran Prix del Verano. La que se compra los discos de Bisbal y Niña Pastori, se declaran apolíticos (eso si alguien les pregunta) y no echarán nada en falta porque un proceso complejo iniciado mucho antes de que nacieran (puede que genético incluso) les convenció de que lo suyo es lo normal, lo demás es gente rara, y quienes digan que no ven "Bea la fea" están mintiendo para hacerse los guays, y sobre (perdón, "contra") gustos no hay nada escrito y pa ezo eztán loz colore y nozotro no tenemo eztudio y con ezo de la crizi qué me eztaz contando...




lunes, 29 de septiembre de 2008

Amigo inmigrante: aprende a expresarte en castellano con Johan



¿Veis qué fácil? ¡Y sólo lleva 35 años en nuestro país!

domingo, 28 de septiembre de 2008

Goodbye, Fast Eddie

Han escrito de él que sumergía su cara en un bol con hielo por las mañanas y se bebía una caja de cervezas entera a lo largo de la jornada; lo primero no me ha sorprendido realmente, ya que lo entiendo como una especie de obligada penitencia por el extraordinario adn con que la naturaleza le premió gratis total; lo segundo, no me lo quiero creer, porque si lo hago, me darán ganas de imitarle y lo más probable es que tantas birras ni a mí, ni a nadie, nos sienten igual de bien.

Esta tarde me apetece echarle un nuevo vistazo a los duelos entre Eddie el Rápido y el Gordo de Minnesotta, esa dura lección en blanco y negro y gris sobre la dolorosa conquista de la madurez.

Y aquí el obituario que le ha dedicado el maestro Carlos Boyero.

viernes, 26 de septiembre de 2008

En la época dorada de HBO

No teman: está viendo la HBO

Si hacemos caso a lo que dicen desde aguerridos columnistas de información económica hasta líderes políticos de la UE, el desplome actual de Wall Street se traducirá históricamente como el desplome definitivo del libre mercado salvaje y sin bozal. Que los tiempos van a cambiar esta vez no viene de parte de un folk-singer con melena desarreglada, sino de las altas instancias de París y Berlín: lo que antes hacía ilusión, en el Siglo XXI da miedo. Y si los diagnósticos son correctos y el superpoder económico yanki no vuelve a ser el que fue, o tardará lo suyo en serlo de nuevo, es éste el mejor momento para disfrutar de lo poco bueno, pero buenísimo, que el sistema nos ha remitido desde allí.

Ya se comentado repetidamente el curioso (y apoteósico) trasvase de calidad que hemos presenciado de las salas de cine a los televisores domésticos (plasmas y LCD's, con la hostia en pulgadas), y todo el mundo está de acuerdo en apuntar ese gran tanto en la casilla que pone HBO, las siglas de Home Box Office. Se ha aclamado a Los Soprano como mejor serie de TV de todos los tiempos, aunque yo aquí tengo que objetar el precio de venta de cada temporada en dvd (la forma correcta de ver estas series); todavía me queda mucho por disfrutar de la compleja equidistancia entre narcos y estupas en la grandiosa The Wire; soy fan fatal de ese rinconcito no tan caro, judío y genial que la productora le ha dejado a Larry David en Curb your entusiasm; y después, está Roma. Otro día hablaré de Roma. Resulta que sus 22 capítulos ya los he deglutido tres veces y mi capacidad de síntesis está ahora mismo donde Cristo perdió el gorro, supongo que eso queda unos pocos capítulos después del último de la serie tras la coronación de Octavio Augusto.

Pero no se vayan todavía.

A continuación os ofrezco la impresionante careta de entrada de la penúltima gran serie marca de la casa: John Adams, que cuenta la fundación de los EE.UU. a partir de la biografía de uno de los padres de la patria (primer vicepresidente y segundo presidente del país), al que la Historia casi había olvidado bajo la sombra de George Washington, Thomas Jefferson y Benjamin Franklin. Debo decir que, entre todas las citadas, esta serie es, en mi humilde y sincopada opinión, la menos mejor de todas ellas (me sobran un poco los dramas familiares del personaje central), aunque no sea ni mucho menos una tontería. Sólo por el trabajo de Paul Giamatti ya valdría la pena. Darle al video si os da la gana, pero con la condición de que abráis la pantalla a tope y programéis el volumen brutal para estos impresionantes title credits & main theme.








Y ahora es cuando los jugos gástricos se me desbaratan al estilo de Regan, la niña de El Exorcista. En octubre llega a Spain la última apuesta de la cadena, que ha revolucionado a su país de origen este verano en plena campaña presidencial. Tráiler de la megaproducción que va sobre el desastre de la criminal guerra de Irak y que se titula Generation Kill.








Toda gran tarta tiene su correspondiente guinda, también de próximo estreno en nuestras pantallas domésticas y redes P2P. Se trata de una mini-serie de dos capítulos, titulada El Recuento, que promete desvelar las sucias maniobras políticas que tuvieron lugar en el estado de Florida durante los tensos días que siguieron a las elecciones presidenciales de noviembre de 2000 y cuyo trágico resultado conocemos demasiado. Y protagonizada por Kevin Spacey.

Pues nada: si no sólo es verídico sino que además es cierto que la apretada de cinturón va a ser drástica y global, que todo va a cambiar y ese todo incluye la fantabulosa producción de la Home Box Office, yo, si tengo un hijo, le llamaré así, HBO, para honrar su memoria. Cada cual ayuda como puede...

jueves, 25 de septiembre de 2008

Scarlett Pe Juan Antonio



"Oh, JUAN ANTONIO...we both need you too fuck us just right now all night long pleeeeeease!!!!"





Voy.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

El Capitán América en crisis

Se conoce que tuvo que empeñar el escudo y las alicas a cambio de una mobilette, una pistolilla de segunda mano y un poco de suelto para llegar a fin de mes y se las tuvo que ver con los malvados a tollina limpia.



Vamos, que no le cundió.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Jorge Miguel lo volvió a hacer

"Chicos, ¿cómo puedo ser tan de lo peor? ¡Ya me vale!...¡Uuuuh!"

Si existe un personaje público que cuente con mi simpatía incondicional para casi todo lo que haga falta, ése no es otro que George Michael, el gran Jorge Miguel para nosotros, sus amigos.

Tras su loca irrupción en el panorama musical de los controvertidos 80's, algún competente asesor de imagen llegó a tiempo para bajarle los humos y convertirlo, con todo el éxito del mundo, en el paradigma de matanenas rompebragas , gracias a aquel selvático "BEYYYBEEEUAH" y a su pinta de macarrón indomable. Hay que reconocer que cuando las chicas soñaban con ese tío-bueno-cabrón capaz de pasearlas por la calle de la amargura (con placer) por muy buenas que estuviesen, fue Jorge Miguel quien encarnó como nadie ese icono oculto en el subconsciente colectivo teen, y la decoración de las carpetas de la época así lo atestiguaba. Pero, un momento: el video de "Faith" arranca con un primerísimo plano de su culo sobre el que se lee Revenge...

...Y ese culazo una década más tarde se cobró su gloriosa venganza.


A partir de la mejor salida del armario (o del retrete) de todos los tiempos, Jorge Miguel por fin pudo ser él mismo, y con todas las consecuencias. Detenido por posesión de drogas en diferentes ocasiones, la última noticia suya fue la de una nueva visita a la comisaría por escándalo público (y púbico). Dice la leyenda que la conducción temeraria de un camionero hizo reaccionar a la policía, que al inspeccionar la cabina del vehículo encontró al rudo conductor descamisado y mal abotonado, y a Jorge Miguel limpiándose algo con un socorrido kleenex. Como material había de sobra, en 2005 presentó un docu sobre su azarosa vida, con el perfecto título de George Michael: A Different Story, donde repasaba su relación (tormentosa, por supuesto) con su compañero de Wham o con su primer verdadero amor, quien le hizo aceptarse a sí mismo incluso en sus tiempos de chulazo y al que desgraciadamente el sida se lo arrebató sin piedad. Después vino la complicada aceptación por parte de sus padres de su homo identidad, y finalmente, su definitiva mudanza a los psicoparaísos artificiales.

La noticia que ha saltado hoy a los medios confirma que nuestro chico favorito sigue en plena forma, y que es un tío que va siempre preparado para cualquier eventualidad (lleva de todo porsiaca), uno de esos en los que se puede confiar. Como miembro convencido de la Asociación Hetero Pro-George Michael, desde esta mi privada cibertribruna, deseo expresarle mi eterna simpatía a tan estratosférico personaje. Él sabe que somos legión.

PD: Y aunque no sean horas, no me puedo resistir a cerrar este post sin mencionar la mejor canción de Navidad de la historia.



jueves, 18 de septiembre de 2008

El último Rock Star

Vs. los niños buenos de la facul, aquí.

(El Señor Blogger Master no me deja colgar los videos directamente, ya me dirás qué le habré hecho yo, pardiez).

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Mujeres, negros y marketing electoral

"Mr. McCain, oh héroe, escuche esto, porque creo que ya lo tenemos: los demócratas deben decidir entre un negro y una mujer para presentar su candidatura, ¿correcto? Bien, todo el mundo piensa que nada podremos hacer ante ninguno de los dos.

Se equivocan, Mr. McCain. Se equivocan.

A ver qué le parece esto: en el caso de que gane el negro, nosotros completamos nuestra candidatura con una mujer. Procuraremos que sea de las que piensan que dios existe y Darwin no, una guapa, sacada de algún concurso de belleza estaría muy bien, pero que dé un ejemplo de castidad y de follar ni hablamos -las encuestas llevan demasiados años señalando a Nuestras Hijas como las más guarrillas dentro de nuestro espacio geopolítico de influencia- y, por tanto, mano durísima anti-aborto. Como será una patriota, no le hará ascos a nuestras guerras para prevenir la paz, así que la gente entenderá sin problemas que en vez de abortar, se esperen unos añitos de crianza, 16, 17, que pasan volando, y después nos entregan a sus muchachos y muchachas no deseados, los enviamos por ahí para que los revienten, y todos contentos. Como es mujer, la mayoría de mujeres la votarán.

Los demócratas eligen candidata a la mujer: pues hacemos simplemente lo mismo. Cogemos un candidato a vicepresidente negro, fuerte, orgulloso de sus antepasados que recogían algodón en los campos del sur, y durante la campaña articulará discursos nostálgicos que demuestren cómo viven mucho peor desde que técnicamente se liberaron, que ahora están sometidos a la violencia en las calles y su mejor garantía de calidad de vida siempre fue la de atender las necesidades de las familias blancas de bien, dentro de un orden y una disciplina, y que todo lo que va más allá de saber leer y escribir está demostrado que sólo les complica la existencia. Como nuestro vice será negro, los negros nos votarán. En fin, Mr. McCain, no sigo porque, créame, siento cómo se acerca el día de verle jurar sobre la Biblia el cargo, con posibilidades que durante décadas escapaban hasta de nuestros más optimistas sueños."



lunes, 15 de septiembre de 2008

Butanito Presidente

¿Se puede ser un hijoputa entrañable? Pregúntele a Butanito

Cuando la nación española parecía por fin reconciliada, el ambiente era similar al de una pareja que ha hecho las paces y permanece unida con cristiana resignación por el bien de sus hijos. Durante los años de nuestra infancia, todo parecía estar en orden, más o menos. Los cálculos se hacían con máquinas de calcular, en las casas había tocadiscos, todas las empresas eran medianas y se repartían la clientela sin acritud, el márketing era una palabra extranjera que pocos sabían traducir, los modernos sólo eran un puñado de gente excéntrica, y cuando un amigo te llamaba por teléfono el aparato estaba en el salón de la casa y hablabas con él delante de tus padres, que simulaban prestar atención al televisor mientras tanto. Aquella madeja de humides rutinas universales, cuando casi nadie tenía sueños que perseguir para agrandarse la vida, en la oscuridad de la habitación de los matrimonios, de millones de ellos, el día, uno igual a todos los demás, se clausuraba con el sonido aflautado de la voz de Butanito.

José María García fue el rey de los transistores y el que más lechos ha visitado en toda la historia de este país. Hombres pobres pero dignos, o ricos pero horteras, pasaban la jornada laboral esperando que llegasen la 12 de la noche con una ansiedad mayor que si tuvieran planeado visitar el puti del barrio. A la hora bruja, se acostaban con el transistor colocado debajo de la almohada y Butanito (llamado así porque su estatura apenas sobrepasa la de una bombona de butano) desenmascaraba a los villanos del mundo del deporte, esos meapilas y lametraserillos que, con el paso del tiempo, cuesta recordar en qué consistían sus flagrantes delitos que hacían rasgarse las vestudiras del as de las ondas, ya que en estos principios del siglo XXI todos vamos a la caza de la comisión venga de donde venga, y parece que nos hayamos puesto de acuerdo en indicar que quien no juega a este juego está tonto.

Ojo al dato: el mundo de la comunicación actual ya no es un bosque, sino una verdadera jungla plagada de eufemismos como serpientes, y actitudes timoratas debido a que al decir "hola" al público ya puedes tener un innumerable grupo de colectivos de procedencias variopintas dispuestos a sentirse ofendidos a la mínima. Y locutores cuya única misión es vender, y si has de vender, lo último es ofender. En cambio, Butanito fue un maestro en el arte del insulto que en la más pura tradición alemana unía dos vocablos que aparentemente nada tenían que ver entre sí, y ya nos dejaba en herencia una nueva manera de ofender a alguien de trinqui total.

En pocos ámbitos de la expresión humana se me ocurren ahora mismo ejemplos de influencias comparables a la de Butanito en el periodismo deportivo. Más de una generación de periodistas deportivos vocacionales se animaron a intentarlo porque querían ser como él. Y, por desgracia, el marcador del partido indica una sostenida e implacable degenarición del gremio. Yo tengo una teoría respecto a este fenómeno. Supergarcía tenía un ego que no le cabía en su pequeño espacio corporal, y esto en sí no es malo, pero hasta el advenimiento de su reinado, el periodista deportivo simplemente era alguien que contaba lo que pasaba en los campos de fútbol, canchas de baloncesto y demás recintos deportivos, porque el deporte es una cosa que está para pasar el rato, un entretenimiento que sirve también para charlar con los amigos y socializarse con sumo cuidado de no abusar de él: por ahí se mueven hordas de hispanos palilleros que se creen que de lo único que pueden hablar con propiedad es de fútbol, y están profundamente equivocados, porque en realidad no pueden hablar con propiedad de nada, ya que lo único que hacen es limitarse a repetir lo que sueltan en radios, teles y periódicos los pequeños butanitos de hoy, apenas sombras de lo que fue el gran icono.

Algún antiguo colega suyo también se decidió a imitarle en las afueras del deporte, sin darse cuenta, el muy burro, que acusar a un alcalde de alegrarse por el salvaje asesinato de casi dos centenares de conciudadanos a bordo de modestos trenes de cercanías no tiene nada que ver con asegurar que en la Federación Española de Fútbol los abrazafarolas se mueven a sus anchas. Y además, todo lo que Butanito decía era demostrado y demostrable (aunque ahora mismo no me viene a la cabeza ninguna foto de un prohombre abrazado a una farola; será cuestión de googlear).

Dicen que su propio poder le devoró, y que al final él mismo también tenía manchadas las manos por operaciones dudosas dentro del establishment futbolístico. Hace ya una década, su estrella empezó a decaer. Los tiempos estaban cambiando, y seguimos sin saber si para mejor. Una enfermedad seria se le agarró en sus entrañas y sólo así Butanito aceptó que había llegado la hora de colgar el micro y los cascos. La energía negativa cobró su factura. Pero yo me apuesto que el tiempo, como decía él, ese juez insobornable que da y quita razones, acabará estando de su parte.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Mi amigo Emilio tomándose una birra...

...superagusto sin la menor intención de devolmerme mi dvd de Soñadores ni el de la entrevista que le hice en mi memorable programa de TV. Y ya va para tres años mínimo.

Vamos, no me jodas.

Ojito

El 17 de enero de 1995, un terremoto de la hostia en la escala de Richter sacudió Japón mientras en Tokio se celebraba un congreso mundial de sismógrafos.

Desde aquel día, cada sismógrafo expone sus conclusiones en el salón de estar de su casa.

(Y los del acelerador de partículas a lo suyo, jugant jugant...)

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Valencia Cazurra Experience

Natural Born Cazurror

Tengo la costumbre de pasar de largo las páginas de información económica de los periódicos. Las reúno entre el pulgar y el índice y salto directamente a la sección de esquelas y obituarios.

He visto medios de comunicación animando a la gente a invertir en pisos: comprarlos no para vivir en ellos, que es para lo que se hacían, sino con la intención de cerrar el puño y esperar que aparezca alguien dispuesto a entregarles hasta su última gota de sangre para instalarse bajo un techo, convencido de que debía estar orgulloso de ello y hasta que molaba presumir. He detectado cómo esta clase de personas eran jaleadas a causa de la envidia verdosa que generaban a su alrededor. He oído a arquitectos afirmar que era imposible que los pisos bajasen de precio jamás. He discutido con mis familiares, que hacían caso a lo que por entonces decían esos medios de comunicación, jugando a hacer creer a los demás que lo que ellos decían era lo que todo el mundo decía. He preguntado a amigos qué pasaría si un mal día hubiera muchos más pisos en venta que gente con necesidad de adquirirlos. Me contestaban con cara de paisaje. Preguntaba qué diferencia había entre un excedente de naranjas y uno de pisos. Me respondían que había que confiar en los bancos, que estarían dispuestos a invertir para evitar un derrumbe que, en todo caso, no era más que ciencia-ficción barata.

He paseado por las calles mientras a mi alrededor gente bien vestida buscaba ropas más horteras, coches de más cilindradas, farla mejor pasada y putas ocasionales o putas fijas, todas de la gama más alta. He escuchado a políticos eufóricos agitar a las masas asegurándoles que habíamos descubierto el Vellocino de Oro, el Cuerno de la Abundancia Infinita. Ni siquera era necesario trabajar duro. Sólo contar con pasta previa y entregarla a los constructores. Se podían hacer planes a largo palzo, a vista de décadas, porque la idea era tan buena que no podía terminar nunca. Había tanta pasta que se podía incluso dar a famosos mundiales en decadencia para que vinieran a nuestras fiestas pri-va-dí-si-mas y todos los habitantes de La Tierra, no sólo ésos del Mediterráneo hacia abajo, nos envidiarían Por Siempre Jamás. Y barquitos veleros supermonos y bólidos lijaos que soliviantan después en las carreteras a los descerebrados del tunning.

Histéricos cazurros con rebosantes billeteras apelotonados en busca del único pelotazo rápido y fácil, el inmobiliario, que ahora acuden a las iglesias y arrodillados le piden al Señor que de algún otro lugar haga manar chorros de líquido para paliar sus deudas...Lo que sea con tal de no vender el yate, ay quin disgust per a les seues xicones. Y si su dios no se lo soluciona, siempre se puede recurrir a la suspensión de pagos, y a otra cosa...Si la hubiera.

Ningún bien cuya oferta exceda su demanda puede pretender aumentar siempre de precio. Y ya podéis fliparlo bien con esto, tíos, escrito sin haberme leído una mala página de información económica en mi puñetera vida.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Proceso al azar

"Nada debo a la labor de escritores y pensadores; a la de los científicos, se lo debo todo".

Salvador Dalí.

Durante sus estancias en NY, Salvador Dalí pasaba buena parte de las tardes instalado en la mejor mesa del bar de su hotel predilecto, rodeado de artistas, marchantes, señoritas estupendas, millonarios excéntricos o cualquiera que fuese digno de tratar con el genial maestro, para convertir aquello en una feria de frases ingeniosas, proyectos artísticos descabellados y recreación plastificada de las verdaderas tertulias surrealistas que tenían lugar en París en el período de entreguerras: el artista no pretendía ser ajeno a la consolidación de su tópico. Pero a la sombra, discretamente algo ocurría. Dalí siempre tuvo su poderosa influencia orientada a estar al tanto y conocer, en primera persona y en profundidad, los últimos avances en el sugestivo campo de la genética, las nuevas paradojas de la física cuántica y, especialmente, la firme de voluntad de saberlo todo sobre el mayor misterio, la ilusoria impresión universal: a qué cosa llamamos tiempo. Cuando algún físico o matemático recibía una invitación para unirse a las tertulias dalinianas y se decidía a acudir movido por la extrañeza, el pintor ampurdanés abandonaba su famosa máscara de genio y se convertía en un alumno aplicadísimo en busca de sabiduría, haciendo las preguntas más complejas, formulando las anteriores teorías al dedillo y siguiendo en su mente el movimiento perpetuo de las últimas fronteras de la ciencia.

La huella científica recorre el fondo de su obra como una inspiración poética, encriptada para el espectador no iniciado. Sus famosos relojes derretidos provienen de la hipnosis que le causaba al pintor el efecto del queso fundiéndose, y ése es el Dalí conocido y archivado para las masas (hoy lo llamaríamos "el Dalí mediático") . Sin embargo, los estudiosos de su obra afirman que también son una metáfora de la Teoría de la Relatividad de Einstein.

Hacia el final de su vida, cuando Dalí ya era un tembloroso anciano postrado, pero consciente como pocos de su gloria artística en vida, cumplió uno de sus últimos sueños pendientes. En su propia casa, el Teatro-Museo de Figueras que lleva su nombre, consiguió reunir a seis de los más brillantes investigadores de vanguardia, entre los que se contaban el padre de la Teoría de las Catástrofes René Thom y el Premio Nobel de Química Ilya Progogine, la autoridad mundial en termodinámica y procesos irreversibles. El ciclo de conferencias y debates se tituló Proceso al azar, y se celebró en noviembre de 1985.

El tiempo. La ilusión del tiempo. ¿Por qué contemplamos el pasado como un proceso cerrado e indiscutible y el futuro lo percibimos como una infinita acumulación de posibilidades? ¿Cómo sabemos y podemos demostrar fríamente que no se trata también de un proceso cerrado y con una posibilidad de variación igual a 1? ¿Qué puede proponer la ciencia contra el determinismo filosófico? ¿Es posible definir o al menos delimitar el terreno del azar? ¿Puede el hombre prevenirse ante él? Yo sólo alcanzo a reproducir aquí algunas de las preguntas claves de aquel memorable congreso, porque las respuestas-hipótesis formuladas están mucho más allá de mi exigua capacidad de raciocinio. Si algo estoy aprendiendo al acercarme a la magnífica edición de libro-dvds que deja testimonio de aquél acontecimiento (y que conozco gracias al célebre autor de Animeison, efímero y legendario blog), es, efectivamente, la superioridad de los filósofos de la ciencia frente a los pensadores de cualquier otra rama del saber, y no digamos ya sobre escritores y artistas en general. Y sí que se puede explicar esto, de un modo rotundo, tal y como defendía abiertamente esta idea el propio Prigogine: los humanistas pueden desarrollar su labor prescindiendo por completo del influjo de las fórmulas y los números. Los grandes científicos, en cambio, muy mal lo tendrían para ser capaces de traducir sus hallazgos, cada vez más abstractos, si no dispusieran de un conocimiento exhaustivo del lenguaje y tan preciso como las ecuaciones matemáticas más avanzadas.

Y eso no es todo. Brillan las palabras, pero a los sabios se les reconoce por sus silencios. El debate final del congreso, donde todos los ponentes se reúnen para discutir sus diferencias, es el verdadero espectáculo de la sabiduria. Ya casi no me acordaba de que el fenómeno de la comunicación sólo es posible en el caso de que existan emisores y receptores. Ante cada una de las intervenciones de los científicos en el debate, el silencio y la concentración de los demás, ese silencio activo, ese auténtico arte de escuchar aparece en Proceso al azar como un verdadero derroche de talento para el que muy pocos están preparados. Es ya un silencio de otro tiempo, de una época pasada, de valores diferentes. Apenas hemos inaugurado la Sociedad de la Información y ya olemos que su único resultado será este histérico guirigay donde lo único que nos interesa es hablar, hablar, hablar, gritar para tener razón, sin casi nada que decir y mucho menos que escuchar.

Cuando sólo era un pijito catalán recién llegado a Madrid, contaba Luis Buñuel desde el otro lado de su tormentosa amistad que Dalí era la persona menos preparada del mundo para hacer cosas sencillas y práticas: ni siquiera sabía qué había que hacer en la taquilla del teatro para obtener las entradas de una función. En cambio, al final de su incomparable caminar por la vida, sí supo qué hacer para reunir a las voces más autorizadas del planeta y que le explicaran, en su propia casa, las cuestiones más complejas que ni él, ni nadie, supo ni sabrá resolver jamás. En la clausura de las jornadas del Proceso al azar, el anciano Dalí, entubado, con la mirada dirigida a un punto inexacto, como a un invisible contador del poco tiempo que le quedaba ya, aparece en un monitor y con un pequeño y arrastrado hilo de voz se despide de todos los allí reunidos:

"Gràcies, amics. Gràcies per l'honor que m'heu fet."

jueves, 4 de septiembre de 2008

Fragmento

"...recordé que la noche anterior, cuando ya sólo quedábamos unos pocos, Ernesto San Epifanio dijo que existía literatura heterosexual, homosexual y bisexual. Las novelas, generalmente, eran heterosexuales, la poesía, en cambio, era absolutamente homosexual, los cuentos, deduzco, eran bisexuales, aunque esto no lo dijo.

Dentro del inmenso océano de la poesía distinguía varias corrientes: maricones, maricas, mariquitas, locas, bujarrones, mariposas, ninfos y filenos. Las dos corrientes mayores, sin embargo, eran la de los maricones y los maricas. Whalt Whitman, por ejemplo, era un poeta maricón. Pablo Neruda, un poeta marica. William Blake era maricón, sin asomo de duda, y Octavio Paz marica. Borges era fileno, es decir de improviso podía ser maricón y de improviso simplemente asexual. Rubén Darío era una loca, de hecho la reina y el paradigma de las locas.

(...) Una loca, según San Epifanio, estaba más cerca del manicomio florido y de las alucinaciones en carne viva mientras que los maricones y los maricas vagaban sincopadamente de la Ética a la Estética y viceversa. Cernuda, el querido Cernuda, era un ninfo y en ocasiones de gran amargura un poeta maricón, mientras que Guillén, Aleixandre y Alberti podían ser considerados mariquita, bujarrón y marica, respectivamente.

(...) Y volvamos a España, volvamos a los orígenes -silbidos-: Góngora y Quevedo, maricas; San Juan de la Cruz y Fray Luis de León, maricones. Ya está todo dicho. Y ahora, algunas diferencias entre maricas y maricones. Los primeros piden hasta en sueños una verga de treinta centímetros que los abra y fecunde, pero a la hora de la verdad les cuesta Dios y ayuda encamarse con sus padrotes del alma. Los maricones, en cambio, pareciera que vivan permanentemente con una estaca removiéndoles las entrañas y cuando se miran en un espejo (acto que aman y odian con toda su alma) descubren en sus propios ojos hundidos la identidad del Chulo de la Muerte. El chulo, para maricones y maricas, es la palabra que atraviesa ilesa los dominios de la nada (o del silencio o de la otredad). Por lo demás, y con buena voluntad, nada impide que maricas y maricones sean buenos amigos, se plagien con finura, se critiquen o se alaben, se publiquen o se oculten mutuamente en el furibundo y moribundo país de las letras.

-¿ Y Cesárea Tinajero, es una poeta maricona o marica? -preguntó alguien.

-Ah, Cesárea Tinajero es el horror- dijo San Epifanio."

Roberto Bolaño (1953-2003), Los detectives salvajes.

Y pocos días después de las palabras de Ernesto San Epifanio (¿marica? ¿maricón?) quien las narra, el joven poeta García Madero, junto a Ulises Lima y Arturo Belano, partieron hacia el desierto de Sonora tras las huellas de la desparecida poetisa Cesárea Tinajero...



martes, 2 de septiembre de 2008

Pajoker

No me he podido resistir a piratearlo...Por supuesto, viene del Pegamín.

Intrapunk

Je, cada vez que voy al médico siempre acabo igual. Me río porque supongo que no seré el único al que le pasa, y sé que estas cosas no se suelen contar. Y con razón.

A ver si me seguís. Vas al médico. Te manda unas radiografías, se huele que algo raro hay. Vuelves al médico. Con las placas cogidas con el sobaco. El hombre estudia la siniestra transparencia, y llama a un compañero o a su enfermera (con la enfermera es mucho mejor). Ambos hablan bajito, el doctor se atusa la perilla y de vez en cuando, sin dejar de mirar la radiografía, dibuja semicírculos en el aire con sus dedos. Normalmente, en ese momento la enfermera se abrocha el botón de arriba de su bata. Me medio sonríen, apurados, pero ya sé de qué va la cosa y no me entra miedo. Lo detectan y acaban optando por dejar salir sus carcajadas incrédulas. En la placa que fotografía mi interior se divisa un punk. Con cresta verdosa, que era la silueta que dibujaban con los dedos. Anillos de calaveras, muñequeras con pinchos, piercing en las cejas y hasta un diente de oro. Uno de esos que piden cigarros por la calle y, como dijo alguien, se beben su litrona a solas en un portal después de follarse a Kate Moss.