miércoles, 30 de julio de 2008

Malaventuranzas by Forges


¿Sabíais aquello de que el humor es una cosa muy seria?
Mi más sentido pésame a los que se vean durante los próximos días en la situación que describe el genio; no habrá ningún tipo de solidaridad para vosotros; en los pequeños intervalos en que podáis dejar a vuestra mirada perderse en el inmenso mar os preguntaréis cómo es posible vuestra desdicha si siempre os esforzásteis por ser gente de bien. Si sólo hiciseis lo que os dijeron que había que hacer.
La vida es harto perversa en sus putadas, urdidas en silencio, inevitables a partir de un paso mal dado y apenas advertido.
Ánimo, Fernández, y apechuga...Muchacho.

lunes, 28 de julio de 2008

Máscaras o sombreros

El tema de portada de la última edición de Babelia, el seriote suplemento cultural de El País era el Western. La primera página corría a cargo de Javier Marías y comenzaba insultando, cosa que siempre me parece bien de entrada, y aproveché para recrearme en el peso de quilates de razón del que presumen los sesudos connaiseurs del western, que tienden a homenajear así la dureza impenetrable de su John Wayne, empreatriz del género desde que el trono de Imperator lo ocupa John Ford por consenso inquebrantable.

Hasta ahora no he profundizado mucho en las pelis de indios y vaqueros, puede que con la única excepción de la obra de Sam "Crepuscular" Peckinpah. Y, lamentando decepcionar, durante ninguna etapa de mi vida he abrazado el comunismo. Los tiros, en mi caso, no van por ahí. Pienso más bien que sucede que las raíces de mi infancia, donde todos los expertos localizan el origen de su fascinación por el western, reposan sobre fantasías galácticas y viñetas de superhéroes, y cada vez que leo o escucho a alguien llenándose la boca con referencias al tema de la redención, de la soledad inscrita en un entorno hostil que no perdona, el conflicto entre el escepticismo preventivo y la inconsciente necesidad de ayudar a los débiles, todo aquello del camino del héroe perdedor, termino acudiendo a las grandes épocas de Spiderman o a la odisea del joven granjero Skywalker, por citar algunos de los ejemplos tan manoseados como pisoteados. Pensando en voz alta, la diferencia fundamental entre ambos géneros que se me ocurre ahora radica en las motivaciones iniciales de los personajes protagonistas: en el caso del western, en general las tramas parten de la búsqueda de fortuna o de la pura supervivencia, inscritas en territorios salvajes que esperan a ser conquistados; la cosa galáctico-heroica trata de nobles instintos juveniles sin ánimo de lucro y siempre hilados por la fantasía, a pesar de desarrollarse en entornos metropolitanos. Y sus protagonistas aparentan proteger un orden establecido cuando a menudo, para lograr sus propósitos, acaban dejándolo todo hecho trizas y sin recoger. Y sí, de acuerdo: los unos dan lecciones de dureza y los otros, ay, ejemplifican más el modelo "pringao".

Me alegro de tener todavía por descubrir muchos de los tesoros cinematográficos de la época dorada del western, y no soy quién para cuestionar si la pasión de los graníticos académicos de hoy está perfectamente justificada o no. Pero me intriga saber si dentro de 25 años las páginas de los suplementos culturales de altura académica vendrán firmados por eminencias que se tomen tan en serio a Centauros del desierto o Dos cabalgan juntos como a Los 4 Fantásticos de John Byrne, los X-Men de Chris Claremont o la trilogía original de George Lucas coñas aparte (aunque yo no tenga nada en contra de las coñas de ninguna especie). Como también me intriga, y aún más, si dentro de 25 años todavía existirán las academias, las eminencias y los suplementos culturales...

viernes, 25 de julio de 2008

Mis 5 discos favoritos

Es viernes por la noche, estoy solo, tengo sabor de boca a cerveza y aspiro humos aromáticos. Existía alguna remota posibilidad de pasar la noche en compañía aunque la soledad, a mi alrededor, es magnífica. No me gusta pensar que hago lo que todo el mundo hace, pero estos días estoy empezando una aventura de las grandes, de las que ocupan una vida y colonizan los pensamientos. No conozco una sensación mejor. Formo parte de un grupo de indios locos que pretenden conquistar un fuerte, y acabamos de descubrir la importancia de detenerse a predecir en qué dirección soplará el viento porque cualquier ayuda será crucial para determinar el destino de nuestras hachas y nuestras flechas. Todo depende siempre de los detalles. Suena una vez más Riders On The Storm, and "the movie will began in few moments..."

Odio sentir que hago lo que todo el mundo hace, pero qué remedio, a veces, ¿verdad? Si no hay escapatoria, para qué lamentarse por ello. Esa debe ser la auténtica sabiduría. Tan antipática. Es lo que hay. No malgastemos nuestras energías. Tenemos la suerte de vivir en el Primer Mundo. Etcétera.

Venía a escribir un post sobre mis cinco discos favoritos de todos los tiempos, pero los que no los sepáis aún os vais a quedar con las ganas.

jueves, 17 de julio de 2008

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La acera parecía un blandiblup caliente y sucio bajo las suelas de las zapatillas. Aún así yo siempre voy marcando el paso a una velocidad superior a la media. Me acercaba alegremente hacia un par de quinceañeras que charlaban animadas y detrás de una de ellas un perro enorme descansaba sentado al abrigo de una leve sombra que caía sobre la fachada. Calculé a ojo que, incluso sentado, la cabeza del perro casi me llegaba a la altura del hombro de lo enorme que era. No llevaba correa, y mientras tanto la dueña seguía contándole a la superamiga las vicisitudes del último capítulo emitido de la tercera versión de Betty la fea. El perro-lobo respiraba exhausto con la lengua fuera y sólo un par de segundos más tarde de advertir yo que estaba suelto se me quedó mirando y cerró la boca. El tipo que descubrió o que se inventó eso de que a los perros feroces les estimula el miedo ajeno debía ser un auténtico hijo de puta. Podría haberlo descubierto (a saber cómo) y callarse la puta boca. Es que no puede ser: sólo con que no tengas miedo los perros enormes y sueltos no te hacen nada. Yo no me lo creo. Un perro te ataca o no te ataca según como le vaya el día y punto, como todo el mundo. La otra hipótesis es una tortura mental. Y me voy a explicar. Colocamos un perro gigante, cabrón y suelto en medio de una acera y las personas que pasan por delante y el perro no les hace nada, ésos resulta que son los valientes. Claro. Muy fácil. Entonces, si pasa un desgraciado y el perro salta y le trinca del cuello los demás qué hacemos, ¿señalarle y decir "¡menudo acojonao!"?. Que no, hombre, que no. Pero lo peor de todo es que esa adverencia maligna sobre el miedo propio la conoces desde niño y se te queda dentro y cuando ves un perrazo suelto y agobiado te acojonas como es natural pero el terror se duplica al pensar que si la toma contigo y te ataca y te arranca los huevos de un mordisco resulta que encima estás haciendo el ridículo y quedando en evidencia ante los demás. Y yo, por ahí, no paso.

lunes, 14 de julio de 2008

A McNulty y sus muchachos...



...habrá que esperar a tenerlos en casa hasta el 23 de septiembre.

Una pena más que nada porque hoy es mi cumple y la serie con su caja incluída quedaría muy bien en mis estanterías esta misma noche.

jueves, 10 de julio de 2008

¿Y ahora qué?

Objetivamente, aquella fría noche de febrero no acompañaba al estilo de La Costa Brava, tan dado a la psicodelia veraniega. Reuní a algunos amigos para asistir al concierto, pero no me hubiera quedado sin ir ni aunque tuviera que hacerlo solo.

La Costa Brava surgió en el año 2002 gracias a la unión de fuerzas entre Fran Fernández, de los Australian Blonde y Sergio Algora, líder y factotum de El Niño Gusano. A mí me llegaron un par de años más tarde. Pasaba por una época de indigencia musical, todo lo que tenía me cansaba y llevaba un tiempo sin airearme con canciones nuevas, sin disfrutar de la siempre vanidosa sensación de descubrir espacios musicales vírgenes, y la necesidad de refrescar el ambiente musical de mi vida era ya asfixiante. Tampoco albergaba muchas esperanzas: cuando atraviesas una época así te sientes mayor, el tiempo de las idolatrías musicales te parece una cosa del pasado, y resulta vergonzoso que te dé hasta vergüenza.

En una revista musical, no recuerdo cuál, aparecía una elogiosa reseña de un disco titulado Llamadas perdidas y, lo reconozco, la portada me pareció chulísima. Me llamó la atención más la presencia en el grupo de Fran Fernández que la de Algora, ya que anteriormente había seguido más a los Australian que al Niño Gusano. Y, por último pero no menos importante, un disco que incluía una canción titulada Adoro a las pijas de mi ciudad no podía ser obra de mala gente. Pasé por caja a ciegas, llegué muy tarde a casa, la lucha grecorromana contra el precinto del cd se me hizo eterna y por fin pude darle al play. Al escuchar las primeros compases y el primer estribillo (Sólo Sergio y yo conocemos tu interior/ por qué estás aquí si no tienes dónde ir) contuve la respiración antes de proclamarme que sí, que tenía un grupo nuevo, que necesitaba todas sus canciones y que los meses y tal vez años posteriores de mi vida lucirían con una banda sonora renovada.

Aquello era viejo-nuevo. Era sexy. Tenía un acusado sentido del humor, vertiente surrealista. A su punto de indefinición lo llamamos psicodelia. Era ególatra sin complejos. Traía sonidos que siempre habían estado ahí y que parecía mentira que nadie los hubiese aprovechado antes. "Llamadas perdidas" es un discazo, inspirado, virtuoso sin llegar a perder el hilo, cómodamente instalado en un territorio musical que exprime al máximo con actitud juguetona, como si tal cosa. Yo defino para mis adentros al pop de La Costa Brava como pop treintañero, que además era el título que tenía previsto para cuando me diera la gana dedicarles un post en este blog.

Al final de aquel concierto y a pesar de la inapropiada fecha y del frío que hacía en el exterior del local, la sensación fue que todo había salido perfecto. Desde una perspectiva aérea sobre el repertorio, la verdad es que me identifico un poco más con la poesía de Fran (Francisconixon en su carrera como solista) que con la de Sergio, así que hasta que no vi al grupo en acción no conseguí concretar la aportación del músico aragonés con nitidez. El terreno de Algora era el del espectáculo: a la hora de cantar sus temas, daba tres pasos al frente con esa actitud de dejadme sólo que me voy a dejar la piel y lo vais a flipar, logrando que la evidente autoparodia de crooner no enturbiara la intención de que algo en serio sí que iba, apoyado en la redondez de canciones como Vuelvo a ser yo, Mi última mujer, Nada me importa y tantas otras.

Ayer ultimaba los detalles con mi exquisita compañía (la única auténtica fan de La Costa Brava que conozco, ya que le contagié el virus) para acudir al Manises Ceramic Festival y disfrutar del directo del grupo por segunda vez cuando me llegó un mail con un enlace a una noticia publicada por "El País". El cantante, poeta y escritor Sergio Algora fallece a los 39 años. La necrofilia rockera siempre me ha enganchado bastante y siempre he procurado evitar las razones profundas de esa peculiar tendencia mía; por eso sabía de oídas que lo que uno siente al abrir una página de un periódico y leer que uno de sus artistas favoritos se ha ido así, de pronto, estampado contra un árbol, asesinado por un loco o víctima de un paro cardíaco es una voz infantil, injustificada, irreal que pregunta: ¿y ahora qué?

No habran más copas de yate, ni conciertos, ni discos nuevos de LCB, porque Sergio Algora se ha muerto. 24 horas más tarde, todavía lo pienso y eso...¿ahora qué?

miércoles, 9 de julio de 2008

Sergio Algora

Justo mientras colgaba la entrada anterior, me ha llegado la trágica noticia de la muerte de Sergio Algora, ex Niño Gusano y actual miembro de La Costa Brava, mi grupo español favorito de todos los tiempos, y que iba a actuar en el Manises Ceramic Festival este mismo sábado.

Jodido hasta el límite le doy las gracias a Sergio por la identificación y el placer que me producen sus canciones, que siempre me acompañarán.

Reverendo Johnson El Zumbado y sus iglesias



"Lo que tengo pensado fundar en mi ciudad natal, Houston, es la primera iglesia del mundo con rock and roll. Llevar La Luz con toda su fuerza a los jóvenes, para que sepan que sus cuerpos y sus almas son una misma cosa y que el placer no es pecado, al menos según mi evangelio. Y eso supongo que me dará unos buenos ingresos. Quizá me diversifique un poco y abra también un par de asadores de chuletas. El Señor me ha metido en esto, así que supongo que es para bien. Hay tres cosas, por lo menos, que los negros hacen mucho mejor de lo que hayáis soñado jamás vosotros, los blanquitos, y que son: cantar blues, hacer las chuletas e ir a la iglesia.
Y eso me lleva de golpe a mi problema con los nombres. Con lo de "Zumbado" ya tengo cubierto el tema personal, pero ahora necesito un nombre para mi iglesia. Algo que explique lo que es...¿Lo captas? Y que les enganche. Algo atrevido, pero también elegante.Te voy a decir un par de nombres, a ver qué tal te suenan. Éste, por ejemplo: la
Sagrada Iglesia del Júbilo Impresionante. Demasiado, ¿eh? Y espera que te diga otro: Primera Iglesia del Éxtasis del Exitazo Monstruoso. Bueno lo de "monstruoso", ¿eh? ¿Tú crees que asustará a los niños? Y también tengo este, más tranquilo y suave: Iglesia del Alma Plena del Puro Deleite. ¿Iglesia Conmovedora del Gozo Rockero? ¿Iglesia del Gozo Rockero del Evangelio Atómico? No sé, algo moderno..."

Not fade away es el título original -aunque prestado de uno de los grandes clásicos del rock- de esta road novel obra del por aquí desconocido escritor americano Jim Dodge. Publicada en España el pasado invierno, pero escrita en 1989, es un retorno gozoso a los ambientes del beat del suroeste de EE.UU. en los 50, es decir, al meollo del irreversible y planetario cambio sociocultural que supuso la voz de la primera juventud no sacrificada en el campo de batalla ni condenada a una gris y laboriosa posguerra. Los beatnicks desfaenados y nihilistas que cristalizaron con el nacimiento del rock. La novela gira en torno a la primera (de muchas) pérdida de la inocencia de aquellos muchachos generadores, a raíz del tremendo shock que sufrieron el 3 de febrero de 1959, The Day The Music Die estrellada sobre un maizal en el estado de Iowa junto a los cadáveres carbonizados de Buddy Holly, Ritchie Valens y Big Bopper.

Por fortuna, sabemos que a la joven música popular todavía le quedaba cuerda para rato. Como a la conversación que he transcribido en parte entre El Zumbado y el protagonista de la novela, George Gastin "El Fantasma" a bordo de su misterioso cadillac errante. ¿Iglesia de la Fe Rockera de la Luz Salvaje y Agitada y la Gloria Demoledora? ¿Iglesia del Pepinazo del Evangelio del Gozo Eterno?...

sábado, 5 de julio de 2008

Pirámide a domicilio



Ya casi me sé de memoria este sketch de los Hijos de Dios.

martes, 1 de julio de 2008

Interludio



Lo siento, pero no es culpa mía. Me animo a abrirme un blog y ese mismo mes España decide por fin ganar un gran torneo. Sigo con la mente aún colonizada por la experiencia, a nivel espectador vulgar, pero que, caray, ha sido algo totalmente inédito. Soy el mismo inadaptado de siempre, lo que pasa es que el único deporte que me gusta es el fútbol.

Un hombre de 40 años apareció muerto en Alcalá de Henares. El cadáver fue hallado a las 6:30 de la madrugada, vestía la camiseta de La Roja, y estaba a los pies de una farola con la cabeza partida por la mitad y envuelto en un charco de sangre. Fue descubierto por los servicios de limpieza del ayuntamiento. Como un resto más de la inmundicia urbana. Según la noticia publicada ayer por los periódicos en pequeñito, no estaba claro cómo se había metido semejante hostia irreversible el pobre. La única conjetura era que el tipo se había caído desde lo alto de la farola, ciego perdido. Debía de estar solo, porque la noticia no dice nada de nadie que reclamase el cadáver, ni de ninguna denuncia por desaparición. ¿O se cayó en mitad de la fiesta y la peña ni se enteró?

La victoria de la selección ha sido tan clara que el resto del mundo, incluidos los rivales derrotados como Italia y Alemania, la aplaude y la identifica con una victoria del fútbol total, del juego vistoso, del sentido de equipo como unión compensada de fuerzas y del valor de la colectividad. No hay villanos exteriores en esta historia. Los únicos enemigos están en nuestro país, incluso dentro de la misma Federación Española. Dónde coño está Guti, dónde coño está Raúl, cantaba la eufórica masa el domingo por la noche. Es una especie de venganza de juguete de la denominada España plural sobre la otra, la centralista y caudillista. A pesar del lamentable dolor de ojos que suponía ver asomarse en todos los partidos alguna vieja bandera con el águila. Lo mejor era optar por ignorar la visión, para disfrutar del espectáculo como se merecía. Desde luego, esos son los auténticos perdedores.

El abuelo se va porque en el fútbol, como en casi todo al parecer, cuenta más pasar por el aro sin rechistar que conseguir brillantes resultados. Y este blog volverá a ser el del típico inadaptado que regresa a su inadpatada normalidad, si eso es posible cuando el verano todavía no ha hecho más que comenzar, y viene con cara de fiera.