lunes, 20 de julio de 2009

Cosas que he traído de Madrid

El tema Mondo Groovy de los mexicanos Plastiko. Reconozco que no termina de ser mi onda, güeys, pero sólo digo que le presten un poco de atención no más porque está chido y porque refleja bastante bien el ambiente de la casa que me acogió la mayor parte del tiempo.



Puede que lo que viene a continuación suene viejo (en todos los sentidos), pero yo no lo conocía y me avergüenza admitirlo. Con todos ustedes, la profunda reflexión de El Fary respecto al hombre blandengue. Nótese que como ocurre con todos los grandes pensadores, el Fary tampoco es inmune a las contradicciones propias de los dicursos complejos.



Descubrí en el Thyssen (el museo, no el ascensor) las alucinantes estampas de Richard Estes,y me regalaron una al módico precio de 10 euros ("la baronesa tiene el día tonto", pensé).







Y aunque ya contaba con referencias muy fiables, mi amor verdadero por las canciones de Eli "Paperboy" Reed & The True Loves puede decirse que se ha culminado en Madrid. La imagen es de calidad bastante chungueras, pero el audio no está mal y la canción es mi favorita hasta la fecha de este joven blanco con la voz y el alma negras y prodigiosas.



También traje conmigo un quemazo en primer grado del tubarro de la moto macarra del Pere, y doy fe de que no he sido la única víctima; un cumpleaños total, comandado por el Rey de La Latina in person y con antológico desenlace al raso en plena Plaza Mayor (y birras a 7 euros cuando ya no podíamos decir que no, ay Madrid, Madrid); y un encuentro fugaz, rejuvenecedor y chévere en el Costello.

Total, que muy bien.

miércoles, 8 de julio de 2009

viernes, 3 de julio de 2009

Memories

"Eres un tío al que le han pasado muchas cosas", me dijo un gran amigo hace ya seis o siete años una tranquila noche entre semana, y me acuerdo tan bien que sé que estábamos en un sitio tan poco memorable como una horchatería muy cerca de aquí. Para mí fue un gran momento. Sonará mal, pero mi amigo tenía toda la razón. Ya para entonces me habían pasado muchas cosas fuera de lo común, porque a eso se refería él. Más cosas extraordinaras buenas que cosas extraordinarias malas, vale, aunque reconozco que tampoco por goleada. Pero eso daba igual, que fueran buenas o malas: sólo importaba que no fueran comunes ni corrientes, como sostener en el aire a una ex modelo politoxicómana crítica que se precipitaba al vacío desde el piso de arriba de una discoteca mientras se estaba enrollando conmigo. Me parece que me reí un poco y tardé en contestarle que sí, que era verdad que me habían pasado muchas cosas, porque ahora me da la impresión de que en la fachada de mi cerebro o de mi espíritu o de mi mente, en ese instante, por primera vez se iluminó un cartel de neones que se encendían y apagaban, como los que las grandes estrellas del espectáculo ponen en sus escenarios y que decía "CONSEGUIDO". This is it. Nada me obligaba a dejar de ser ingenuo.

Me han pasado cosas muy poco fuera de lo común y, lo juro, muy fácil. Firmar avergonzado mi primer autógrafo en un flyer. Levantarme y acostarme obsesionado por la iconología, que es distinto a la iconografía. Enamorar a la vecina pelirroja cañón. Presentir yo sólo que mi madre se moriría aquella misma semana. Beber gratis casi siempre, antes por fama e interés, ahora por un gran cariño. Suspender repetidamente dibujo, gimnasia y religión.Tener un Stormtrooper regalo de un admirador, porque sabía que me haría ilusión y también porque él tenía otro. Que el 86,7% de las llamadas que recibo empiecen con un "perdona, ¿estabas durmiendo?". Que mi padre en vez de "bebidas isotónicas" dijera "bebidas esotéricas". Que ayer mismo me lo pasara de la hostia jugando al Subbuteo con otro gran amigo. Vivir en una casa okupada por la tristeza. Que la chica más bonita del campus me pidiera que le dijera algo sólo por oír mi voz y comprobar que yo era yo. Haber leído cuatro veces ya "From Hell". Que me dejaran por alguien que, atención, decía que era un cruce entre Matt Dillon y yo. Disfrutar de que los habitantes de mi vida sean todos unos personajes mientras yo no sepa aún cuál es el mío. Escribir ciego en el blog.

El tiempo pasa y pasa, dicen que como una ilusión, como una maleta que hay llenar con lo que más te guste pero ojo, no olvides que te puedes aburrir de mirar su contenido y acabar despreciándolo, y eso si no te pasa lo más normal: que de repente se esfume. Porque aunque parezca mentira el tiempo se acaba, y sólo nos podemos defender de él con nuestra pequeña voluntad. Pero qué se le va a hacer, el tiempo cambia a traición. El tiempo, en realidad, parece una traición permanente, y cada uno es el resultado de lo que el tiempo hace con él más que de ninguna otra cosa. "El carácter es el destino", dijo Boris Vian y claro, ni tú ni yo lo sabemos, pero si no tenía razón por lo menos suena como que se quedó cerca.