sábado, 20 de diciembre de 2008

Sookie Sookie

Sookie Stackhouse es la protagonista de la serie True Blood. Sookie Stackhouse es Anna Paquin. Sookie Stackhouse es el personaje más brutalmente sexy que ha aparecido jamás en la puta historia de la TV. He dicho.


Don't you love her madly

En una población incrustada en lo más profundo del sur de los Estados Unidos, en un mundo en el que los vampiros están reclamando abandonar la clandestinidad y disfrutar de los mismos derechos que los humanos, de cuya sangre ya no necesitan alimentarse gracias a la aparición de un refresco de sangre sintética, vive Sookie Stackhouse, con su entrañable abuelita y el maromazo pichabrava de su hermano Jason, y trabajando en la taberna del pueblo. Sookie es la dulzura personificada, y conocerla es amarla (que le pregunten a su pobre jefe). Sookie, tierna huerfanita, es inevitablemente cruel con los hombres, debido a lo inalcanzable de sus gracias. Sookie es una chica de hoy, solidaria y concienciada, y a la mínima provocación responde con esos discursitos de manual sobre los derechos de las minorías. Sookie duerme con un camisón blanco, y algunas noches se toca por debajo de él, cuando al pensar en Bill, el gentil vampiro del pueblo, y el miedo que éste le da, provoca que su dulce coñito haga chup chup chup; pero si su gato le pilla en el acto de autosatisfacción, ya se sabe, esa vergüencita le corta el rollo y lo deja estar.

Pero, un momento.


Hay que ver, tía, con lo monísima que eres y sólo te molan los malotes...

Sookie tiene un problema. Escucha los pensamentos de la gente, y todo el mundo lo sabe; ella no es de las que guardan secretos, tal vez porque conoce los de todos los demás. Vive en un esfuerzo permanente por no escuchar, pero aún así, al atender a los clentes, casi siempre detecta qué deseos rampantes y desbocados despierta en ellos, qué cosas le harían y en qué posturas le pondrían. Y claro, eso con Bill, el vampiro atormentado del pueblo, no le pasa. Y eso se debe a que Bill está muerto.


Aquí debería colgar un PDF (Pie De Foto) pero no se me ocurre nada que no se le pueda ocurrir a cualquier gañanazo del montón.

He visto los tres primeros capítulos de la nueva serie de Alan Ball, el creador de Six Feet Under, y, la verdad, no salgo de mi asombro. No sé, la campaña promocional de la serie me olía a macropijada del 15, y no digo que algo de eso no haya, pero viendo la serie detecto un potente sabor a un nuevo masterwork de otro Alan, el que se apellida Moore, y eso es el mayor halago que soy capaz de articular para una serie de TV, o el mayor halago que me puedo permitir sobre cualquier cosa en general. Porque, al menos por ahora, da la impresión de que en True Blood han pulsado con maestría las teclas correctas sobre sexo y terror, vídeos porno colgados en la red, gente que folla mucho y gente que no folla nada, familias destructivas y verdaderos conflictos sobre eso que llamamos tolerancia con lo diferente, y que siempre supimos que en el fondo no es tan sencillo como nos quieren hacer creer...Molón, un producto extremadamente molón en resumen, y que juega permanentemente al desconcierto con el espectador. Porque, y aquí está la cuidada guinda del pastel (preparado a base de íntimos fluidos humanos): después de tres capítulos, parafraseando a Bob Dylan, algo está pasando aquí pero no sabes el qué.

Salvo que Sookie quema las pantallas, eso sí que lo sé, demasiado bien.