Interpretado por César Romero, del que no sólo se decía que les olía el culo a los monos, sino que como se puede apreciar, no renunciaba a su mostachín ni aunque le tuvieran que pintar la cara con Titanlux blanco.
La definitiva (y terrorífica) recreación del icono: al lápiz de Brian Bolland y a partir de la mente maestra de Alan Moore, el Druida de Northampton.
La payasada sin gracia de Nicholson y Burton y la incógnita de Ledger, cuya larga espera concluirá para mí esta noche, y además en versión original. Rebajando las expectativas: todo el rollo ése del posible óscar póstumo y tal me huele a chamusquina.
3 comentarios:
esta pinícula es una concadenación de finales: son 17 finales juntitos.
Menudo estrés de guión, además de interminable, rimbombante, pretencioso, antipático y oligofrénico. Alguien se acuerda de eso que se llamaba pulso narrativo? Si la peli lo tiene, debe ser el de algún pobre enfermo de apoplejía. Menuda panda de fantasmas el Nolan y su peña...
Etc.
(eso sí, el Joker es impresionante...todo lo demás a la basura).
Tengo la solución al misterio de la muerte de Heath Ledger: se suicidó, aconsejado por su asesor de imagen, su representante y un ejecutivo de la Warner que se la tenía jurada a Nolan.
Publicar un comentario