miércoles, 3 de diciembre de 2008

Lucid Dreams- Franz Ferdinand


Pues nada, aquí...molando

La prensa musical les llama Los Archiduques, y no está nada mal traído el término: lo dice su nombre, vaya, y además, y no deja de ser curioso, estaba libre. No entiendo cómo se le pudo escapar a Bowie, menuda rabia le tiene que dar.

Una mañana resacosa hasta el extremo en el aeropuerto de Gatwick, en la primavera de 2004. Después de cinco días en Londres en los que tuvimos tiempo para todo, desde impresionar a una extranjera hasta de perder una zapatilla e incluso una novia, esperábamos la llamada a embarque cuando en las pantallas pusieron el clip de "The dark of the matinee". Lo flipamos mucho, y eso que nuestras mentes no podían estar ya más obtusas. Lo primero que hicimos al volver a nuestra realidad habitual fue acercarnos a la Fnac y aprovechar la poca pasta que nos había sobrado para pillarnos un cd entonces olvidado en un rincón de la estantería.

Y seguimos flipándolo.

Observando la trayectoria meteórica y la imparable popularidad de Franz Ferdinand, es probable que asistamos a un ejemplo sintomático sobre qué significa eso de morir de éxito.

Su segundo disco no estaba mal, pero duró poco en mi equipo hi-fi. Ahora llega, como se dice siempre en estos casos, el esperadísimo tercer disco y, qué queréis que os diga...

¿Que me la deja fría? No, un poco de finura, por favor...Bueno, que huele demasiado a más de lo mismo.

Como diría el maestro Fríker Jiménez, juzguen ustedes.

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