jueves, 11 de diciembre de 2008

Some girls

Hola, mangurrianes.

Estoy fatal de lo mío, musicalmente hablando. Necesito aire fresco y nada me llama la atención últimamente. Algo como el primer disco de los Right Ons del año pasado ya estaría bastante bien. Un producto fresco y de temporada, en resumen.

Cuando atravieso épocas así, siempre acabo tirando de los clásicos; y sé que la cosa es grave cuando, dentro de los clásicos, me paso días escuchando discos como el Soft Parade de los Doors o el Sally can't dance de papá Lou o el Low de Bowie: esos elepés que generalmente van de bulto dentro de sus discografías pero que tampoco pertenecen del todo a las etapas de extravío y descoloque de los autores cuando deciden dejar las drogas o aparentar que las han dejado o, lo que es lo mismo, cuando atravesaban el desierto de los ochenta. Uno de esos discos a los que me refiero es el Some Girls de los Rolling Stones.



Si se sube el listón de la exigencia, aunque sólo sea por ganas de hacer la puñeta un poco, el Some girls es un disco más gris que otra cosa, comparado con el panorama general de la banda. Por muy dignos que salgan al calzarse la fórmula discotequera imperante en la época –estamos en 1978- gracias a Miss you, y por muchos grititos a la manera “sigo siendo un salvaje” que se pegue el ya por entonces semi-amojamado Mick, el sonido que desprenden los surcos del Some girls revela ya cierta frialdad y automatismo. Pero yo le tengo bastante cariño: me parece que invita, conscientemente o no, a una especie de cura de escepticismo, de pase usted a vacunarse por su bien y el de quienes le rodean.

El mejor ejemplo es mi tema favorito del Some Girls: Beast of burden o cómo por muy rollingstone que llegues a ser en la vida, también te alcanzará el momento en que le tendrás que pedir porfavor-porfavor-porfavor echarle un polvo…¡a tu propia chati! Dicen que la letra procede de la crisis total que por aquel tiempo pasaba Keith con Anita Pallenberg, y por mucho que el hombre se explicara avisando, como si hiciera falta, de las muchas pretty girls que van rondando libres y fresquitas por ahí, me huelo que el desenlace de la historia es que la Pallenberg le acabase mandando a cagar a la playa de todas formas, inmunizada ante las canciones que su ejemplar marido le dedicase todavía. Todo lo bueno se acaba, incluido el jaco, aunque sospecho que en aquellos días la ex modelo vikinga no se acababa de hacer a la idea de esto último.

Pero la cuestión es que esta peli ya la he visto, me estoy poniendo nervioso y necesito algo nuevo, doctor. Y la mula no me va desde hace tiempo y allá afuera deben haber colgado ya las luces de esta putísima navidad que me espera, y no me atrevo a sumergirme en semejante Vietnam…

2 comentarios:

Ramiret dijo...

Atrévete con este tipo: Eli "Paperboy" Reed. El disco se puede distraer desde este enlace: rapidshare.com/files/115070099/Eli_Paperboy_Reed___The_True_Loves_-_roll_with_you.zip

Ticha789 dijo...

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