viernes, 20 de junio de 2008

Opiniones provisionales

No soy ningún experto ni siento, por ahora, un gran interés en la figura de Nacho Vigalondo. Sé de él lo de su corto nominado al Oscar, y aunque no tenga la manera de saber contra quiénes competía, el corto me pareció gracioso; después el tío aparecía flipándolo por diferentes programas de tv, lo que me pareció lógico y gracia tampoco le faltaba. No daba rabia, vamos. También sé que tiene uno de los blogs más populares de todo el orbe, y que al parecer levanta pasiones a favor y en contra. Yo sólo husmeé en su web un par de veces, y no detecté nada que hiciese decantarme por una postura u otra. Hace siglos que se escuchan y se leen comentarios sobre su primer largo, Los cronocrímenes, que nadie ha visto por aquí pero que ha arrasado en el circuito indie de EE.UU., hasta el punto que, según se dice, David Cronenberg está ya trabajando en la versión americana. Entre tanto, Vigalondo se las ha visto putísimas para encontrar una distribuidora que acceda a llevar la peli a las salas españolas. Por fin, el próximo viernes se estrena y yo pagaré por verla en el momento de mi vida en que menos frecuento las salas -sólo me motivan las pelis de superhéroes- porque me puede la curiosidad.Nacho Vigalondo es hoy flamante portada de Ep3, y aparece con actitud rompedora y confesando lo mucho que ha sufrido durante todo el largo proceso que representa escribir, financiar, dirigir y estrenar una peli que promete ser bastante original. Casi puedo escuchar desde aquí el rugido de productores rácanos y friki-psicópatas cortometrajistas frustados -valgan las redundancias- criticándole por ir de guays y ser un listo, expresiones que cuentan como sólidos argumentos en el histérico panorama de la industria audiovisual de este país. Ya digo que no tengo todavía una opinión formada sobre el personaje en cuestión, pero me gusta lo que dice en la entrevista de hoy: "(En España) se piensa desde la envidia, un error descomunal, porque el éxito ajeno ayuda al propio". No sé si es un hipócrita, pero ese diagnóstico suena perfecto. Esa envidia a la que se refiere es a lo que muchos llaman "competencia", dicen y repiten que es sana y recomiendan la mentalidad competitiva full-time, porque saben que siempre acaba por cotizar a la baja y, en el fondo, es la llave que asegura el inmovilismo y mientras el discurso general siga siendo el de el cine español es una mierda, los de siempre seguirán tejiendo sus chanchullos a la sombra, seguirán exprimiendo la sangre de los soñadores inocentes hasta convertirlos en robocops programados para contentarse con las promesas de sexo y drogas fáciles y el cine español seguirá siendo una mierda, cara y de diseño.
El éxito ajeno ayuda al propio. Cojones, era obvio. Si cambio de opinión, ya os enteraréis por aquí.

3 comentarios:

Pussy Galore dijo...

Yo ya tengo entradas para ir a verla mañana en el Festival de cine de Edimburgo. Jajajaja, la voy a ver antes que ustedes...

Ramiret dijo...

Pussy... ¡usted siempre al frente! Es la vanguardia de nuestras inquietudes...

Juan Antonio dijo...

En el mundo bloguero, a la señorita Pussy se le trata de usted. Y punto.