Parece que Barack Obama tiene un pie en la Casa Blanca. Y otro en la caja de madera, añado.
Cumple los requisitos: político concienciado a la par que soñador, procedente de las minorías, carismático y gran orador, el regreso del sueño americano in person. Ya se va destacando en los notisieros su acusado perfil al estilo de los hermanos Kennedy, de Martin Luther King y aunque no lo he escuchado todavía, su ramalazo a lo Malcolm X también viene en el pack, como atestiguan la foto y su Reverendo Jeremiah.
Aunque la mafia ya lleve años cómodamente instalada en los mejores sillones, aunque él haya pedido una especie de excedencia respecto a los de su raza y aunque a la industria armamentística siga sin faltarle el curro a espuertas, Barack Obama es un caramelo demasiado dulce como para que la industria más todopoderosa sobre la Tierra le deje escapar así como así.
Ya lo estoy viendo: "Barack Obama: The Killing Of A Dream". On Christmas 2010.
Directed by Oliver Stone, of course. Y el guión vendrá con Oscar asegurado para la que haga de Hillary. ¿Nos ponemos con el casting?
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