domingo, 12 de octubre de 2008

Caro blog


"No sé por qué, pero nunca había estado en el lugar en que mataron a Pasolini."
Tampoco yo sé por qué después de ver Caro Diario por primera vez no se me ocurrió pillarme una vespa. Mi vida hubiera sido más fácil, no por el hecho de tener una vespa, sino por concentrar y dirigir mis esfuerzos a los 17 ó 18 años en conseguirme una vespa. Y después de la vespa, ir a por la siguiente cosa que se me ocurriera. En vez de eso, lo único que descubrí en Caro Diario que pasara a formar un hábito consolidado en mi vida fue lo de, recién salido de la cama, beber todos los días uno o más vasos de agua bien fresquita en verano y en invierno. Creo recordar que en la peli lo presentan como un modo de prevenir, entre otras enfermedades, el cáncer linfático, pero dudo mucho que esa fuera la razón por la que adquirí tal hábito. Supongo que lo hice porque me di cuenta de que empezar todos los días de verano o de invierno bebiendo en ayunas agua bien fresca sólo puede ser un truquito de puta madre, y un acto tan sencillo, tan leve, tan humilde y tan sumamente al alcance de cualquiera que no me extrañaría nada que cualquier enfermedad compleja y monstruosa acabe rindiéndose sin condiciones ante él.
Pero, ¿por qué diablos me quedé con ese detalle y no con la obvia y protagónica vespa? Joder, es que no sé por qué. ¿Quién o qué era ese chaval que se llamaba como yo y me tenía un aire allá por 1993? No es que me importe mucho, pero a veces me parece que no existe una forma real de saberlo.


1 comentario:

Ticha789 dijo...

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