sábado, 25 de octubre de 2008

En defensa de Vicky Cristina Barcelona

Que qué falta hará, pensaréis algunos con razón, pero vosotros sabréis cómo habéis venido a parar aquí y, oye, yo que lo respeto. Y menos falta hace todavía si el de siempre ha publicado hoy su opinión al respecto y poco más hay que añadir. Pero, al margen de mi experiencia personal con la peli, en la que 2 de las 3 tías más buenas del estrecho mundo repiten sin fin mi ancho nombre cachondísimas, no por ello me voy a quedar con las ganas de añadir una consideración más: si yo hubiera pasado casi 40 años (¿o son más?) de mi vida haciendo una película por temporada, y encima la que me diera la gana, incluso si sólo hubiera hecho 5 películas y tres fuesen penosas pero dos de ellas fueran Annie Hall y Manhattan, es más, si sólo hubiera hecho una y fuera la mitad de la mitad de buena que cualquiera de las mencionadas y en eso llega el ayuntamiento de Barcelona y me encarga deprisa y corriendo un trabajete medicinal por el terror que sienten a dejar de fliparlo con sus cosas ni aunque sea un miserable día, sin duda yo hubiera hecho lo mismo: tirar del rollete del latin lover, ridiculizarlo un poco, sacar lustre del temita artístico sensual mediterráneo, coger la autopista rápida y segura del enredo amoroso y, de paso, alegrarme las jornadas poniendo a mis órdenes a 2 de las 3 tías más buenas del mundo, y además tan contentas ellas. Lo que pasa es que a cualquiera, y sobre todo a mí, nos habría salido una mierda pinchada en un palo, y a Allen no. O al menos, no del todo. Y desde luego, eso es más de lo que pueden ofrecer el 90% de cineastas en plena forma hoy. Lamento mucho si por una vez sueno dogmático, pero las razones son tantas y tan variadas que continúan provocando hondonadas de bibliografía para celebrarlas. Eso sí, yo hubiera aprovechado para enseñar las tetas, los culos y los coños de Scarlett y Pe hasta aburrir (si es que tal cosa fuera posible).

A los valientes que hayáis leído hasta aquí, os dejo un pellizco en forma de divertido blog de graciosos y sesudos faltes contra la "Intelligentsia" cinematográfica y dedicado a nuestro tótem: Boyero es guay.

Yé, passeu-ho bé, collons.

1 comentario:

Ticha789 dijo...

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